Desde corta edad los samarios deben aprender a pescar, pues esta actividad viene desde sus ancestros, quienes pasaron sus distintas prácticas por generaciones. Sin embargo, el pueblo de Taganga ha tenido que enfrentarse a una gran problemática pues cada vez es menos lo que se pesca, poco reconocimiento y más trabajo.
El turismo ha sido otra de las problemáticas para la comunidad de pescadores, pues las inmensas cantidades de personas que van todos los fines de semana ha creado una gran problemática pues estos ahuyentan a los peces, lo que hace que la pesca con chinchorro sea más grave. Muchos después de 10 horas pescando y pocos resultados, deciden descansar para el otro día madrugar aún más en busca de mejores resultados.
Muchos han tenido que dejar su amado oficio, pues el ser pescador ya no les daba lo suficiente para poder mantener a su familia. Unos pasaron a prestar sus barcas a los servicios turísticos, otros se vieron obligados a trabajar en ambas cosas y los demás tuvieron que buscar nuevas profesiones en la capital de Colombia, Bogotá D.C.
Comments